Los estadounidenses gastan anualmente 511.000 millones de dólares en juegos ilícitos.

Los estadounidenses se cuentan entre los jugadores más ávidos del mundo. No es de extrañar, dado que Estados Unidos desarrolló el modelo contemporáneo de juego tal y como lo conocemos hoy.

Las empresas de juego estadounidenses generan enormes ingresos fiscales para los gobiernos locales. Incluso en las comunidades más conservadoras, donde sólo se permiten las loterías y el bingo, se debate la legalización del juego.

Y tiene sentido, dados los problemas que sufrió la industria local del juego durante el brote de coronavirus y las restricciones de cuarentena.

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El deseo de juego ilícito ha aumentado, ya que las personas a las que les gusta apostar no pueden salir de casa y no a todo el mundo le gusta jugar en línea. Además, en algunas partes de Estados Unidos sólo se permiten los casinos y casas de apuestas terrestres.

Según una investigación publicada por la American Gaming Association, los estadounidenses gastan anualmente unos 511.000 millones de dólares en locales de apuestas ilícitas y sitios de juego extraterritoriales.

La suma es sencillamente asombrosa. En consecuencia, los presupuestos municipales de los distintos estados pierden más de 13.000 millones de dólares en ingresos fiscales. Sólo los operadores de casinos pierden unos 44.000.000.000 de dólares al año a manos de sus deshonestos competidores.

Además, el juego ilegal representa el 40% del sector en Estados Unidos, y sólo en el país hay aproximadamente 580.000 máquinas tragaperras ilícitas. Dado que cada vez son más los estados que intentan legalizar el juego, este dato resulta inesperado. Curiosamente, cerca de la mitad de los jugadores han realizado al menos una apuesta en una casa de apuestas ilegal creyendo que lo hacían legalmente.


Publicado: 12.04.2023
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